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Foto del escritorPatas Traveling

San Valentín. Nómada y minimalista.

Bueno, empecemos diciendo que hoy es día 15 de febrero, y San Valentín fue ayer. Ok. Y no voy a mentir disfrazando una excusa tipo, que tuvimos un plan romántico y se nos fue el santo al cielo, o que sí que quería compartir algo en este día especial y no sabía cómo porque no, no fue así.


Después de 8 San Valentines juntos, sí que es cierto que para nosotros ha perdido cierto encanto, no por el hecho de no demostrarnos nuestro cariño, sino porque hemos desistido de tener que hacerlo de forma material, consumista o pública.




La única tradición que tuvimos siempre en nuestra relación para la fecha de San Valentín fue la de hacer viajes al extranjero. Y fue algo que escogimos para nosotros y que caracterizaba de una manera perfecta lo que sentíamos (y seguimos sintiendo) el uno hacia el otro: ser compañeros de aventuras, colegas y amantes en lugares nuevos y desconocidos.


Creo que nunca nos regalamos ni flores, ni bombones, ni perfumes... A lo mejor algún CD de música para escuchar en carretera, o alguna camiseta de nuestro grupo favorito por aquel entonces. Materialismo, al fin y al cabo, sí, pero era algo nuestro. Algo que tenía significado y nos recordaba que íbamos por el buen camino.



Supongo que para cada relación, el día de San Valentín significa algo distinto, único. Habrá gente que aproveche el día para salir de sus rutinas y dedicarse un momento mutuo a su pareja, y eso está genial.


Cuando trabajábamos en nuestros puestos fijos, no teníamos apenas tiempo de poder hacer ese tipo de planes (teníamos horarios partidos o trabajábamos los fines de semana), y tampoco queríamos malgastar tiempo y recursos en comprarnos cosas que no significarían nada. Así que empezamos por cogernos la semana del 14 de Febrero de vacaciones. Y viajar. A cualquier destino.


Comprábamos los billetes más baratos que encontrábamos sin importarnos a qué ciudad. Fuimos a París, a Ámsterdam, a Glasgow, a Praga, a Múnich... todo en San Valentín. Y ahora, mirando atrás, en otro estado completamente diferente a entonces, en dónde viajamos de una manera muy distinta y a otro ritmo más "desacelerado", pienso que ha sido de las mejores tradiciones que hemos tenido como pareja.


Y a partir de ahora, en los próximos Valentines (y cualquier otro día del año), elevaremos esa tradición un paso más allá. Viajando con lo puesto y recorriendo lugares que nunca habíamos planeado, por carretera. Disfrutando de nuestra relación cada día como si fuera 14 de Febrero,



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